Nichos de empleo no explotados: ejemplo las Apps para móviles

El mercado global de aplicaciones para móviles alcanzará los 25 billones de dólares en 2015, según el informe World Mobile Applications Market (2010-2015), recientemente publicado por la consultora MarketsandMarket. De esta forma se habrá multiplicado por cuatro su tamaño desde 2010.

Una cifras astronómicas que, sin embargo, son solo una parte de la llamada nueva Apps Economy o Software Economy. Tan solo en EE UU las compañías de software generan una riqueza de 250.000 billones de dólares anuales, una cantidad que supera a todo el PIB de Madrid, Cataluña o Andalucía, con una facturación promedio por empleado de 560.000 dólares y más de 500.000 de empleados.

Asimismo, se crean otros muchos nuevos nichos de mercado relacionados con el desarrollo de aplicaciones, como las extensiones de navegadores -apps que añaden funciones a estos programas- que crecen en usuarios y negocio, uniéndose a esta nueva economía del software que genera cada día nuevos puestos de trabajo y negocio en Estados Unidos y Europa . Sin embargo, en nuestro país este sector es, con excepciones notables, incipiente.

La mayor parte de la inversión española en software de todo tipo termina saliendo de nuestras fronteras. Y no solo a los bolsillos de gigantes del software de consumo, como Microsoft, o profesional, como SAP, que han desarrollado productos complejos durante décadas con los que es difícil competir.

También terminan en la cuenta de resultados de desarrolladores de software extranjeros los pagos realizados por usuarios españoles por el uso de los servicios y productos independientes, como aplicaciones móviles o juegos. Cada día cientos de miles de aplicaciones para distintos dispositivos, como tablets y móviles, así como pequeños programas para ordenadores personales, se compran en España. Desgraciadamente, muy poca de esta facturación se queda en el país.

Estas cifras, aunque menores, son cada vez más significativas si se suman todas. Hablamos de los micropagos por juegos, pequeñas aplicaciones de bajo coste cada vez más frecuentes, como los sistemas de mensajería multiplataforma y otros miles de servicios con distintos modelos de negocio, como suscripciones o exposición ¬publicitaria.

Nuestro Barómetro trimestral Uptodown ofreció para los meses de julio a septiembre de este año un dato no muy esperanzador: solo el 10% del software que se descarga en nuestro país ha sido desarrollado aquí, y por lo tanto genera negocio, empleo e impuestos.

Conseguir que millones de barriles de petróleo aparezcan en nuestro subsuelo puede parecer imposible, pero fomentar la educación y formación en el desarrollo de tecnología de software, aplicaciones para los cada vez más numerosos dispositivos móviles y extensiones para navegadores no solo es factible, sino que debería ser una prioridad.

Se trata de productos y servicios que dependen sobre todo de la capacidad de imaginación y trabajo de pequeños equipos, aunque necesiten también un marco de financiación y apoyo institucional. Y que además generan empleos de medio y alto nivel (ingenieros, matemáticos, científicos, diseñadores), reteniendo el talento en casa.

Resulta pues conveniente que autoridades, empresas, consumidores y centros formativos sean conscientes de la oportunidad que España tiene en este sector.

Con un idioma como el español, que abre un mercado de 500 millones de consumidores sin ni siquiera necesidad de traducir, y con una masa de cientos de miles de universitarios formados capaces de generar ideas y desarrollar nuevos productos, la Apps Economy puede ser el petróleo que permita a nuestro país superar esta crisis económica y colocarlo de nuevo en cabeza de las economía europeas.

Artículo de Luis Hernández es CEO y fundador de Software Updown.com